24 Horas en autonomia en el Altiplano Salteno

Alcanzar sus sueños
Después de las 48 horas en autonomía de la etapa maratón, las Roses han cruzado la línea de llegada final, este lunes en Salta. El final de una aventura deportista inolvidable. Mañana les esperan el evento de solidaridad y la ceremonia de cierre.
Delante de su hotel en Salta, descargaron los vehículos, quitaron las pegatinas, y miraron a los coches cuando se alejaron. Fue en este momento que se dieron cuenta que la aventura de la 3a edición del Trophée Roses des Andes se acabó. Mañana, ya no tendrán que pensar en el road book, en la brújula, en los atajos y en las marchas cortas para atravesar la arena que tanto las preocuparon la última semana. Se darán cuenta que ya es martes, y sobre todo poco a poco se darán cuenta de lo que han conseguido. La larga preparación, los cursos para aprender a conducir, la altura, la capacidad en orientarse, la solidaridad para afrontar obstáculos, como cuando quedaron atrapadas… Sobrepasaron todo eso, y mucho más.
A la salida de la etapa maratón el domingo en San Antonio de los Cobres, el road book indicaba 410km de especial. El último round de la competición. Saben que tendrán que dar lo máximo si quieren progresar en la clasificación. Conoceremos la clasificación final dentro de algunas horas. Todas dieron lo máximo, ahora expertas, las Roses, intentaron ganar algunos metros, en los bordes de los salares multicolores y en un universo poblado por vicuñas y lamas. A pesar de los 4000 metros de altura, que dificulta respirar, han caminado mucho en búsqueda de los mejores atajos.
La gran mayoría de los equipos había pensado alcanzar el pueblo de Santa Rosa de los Pastos, ubicado alrededor del CP virtual 11 y del PK 359,9 para pasar la noche. Un pueblo al lado de las pistas donde viven pocas almas y donde Valérie, se había parado durante la primera edición del Trophée Roses des Andes. Allí conoció a Violetta, una joven excepcional quien desde entonces se ha convertido en una leyenda del rally. A la puesta del sol, los 52 equipos apagaron sus motores.
Celebración en casa de Violetta
« Al llegar pensamos que el pueblo estaba abandonado, nos cuentan Gwendolyne y Mélanie (equipo 6). Pero todos los habitantes nos esperaban, incluso habían decorado una sala de recepción. Nos iniciaron a sus rituales de agradecimiento a la Pacha Mama. Toda la gente compartió su comida, cantamos y bailamos alrededor de un fuego. Encendimos las luces y la música de la ambulancia que nos iba siguiendo. ¡Una verdadera discoteca! A 4000m, en medio de la pampa, incluso había Wi-Fi. Vivimos un momento mágico, además con la sensación del último día. »
Los equipos salieron a la salida del sol, sin dejar de pensar en la competición, siempre buscando atajos. De repente, alcanzaron la línea de llegada en San Antonio de los Corbes. El final de esta aventura deportista antes del enlace hacia Salta. Los cuerpos se relajaron, con sonrisas y lágrimas como testigos del inmenso orgullo de haber llegado hasta el final. « Nos sobrepasamos, sin darnos cuenta, confesaron Mélissa y Hélène (equipo 116). Pasamos puertos de montaña a m1as de 4000m. Ayudamos a amigas atascadas, y en los ríos tuvimos la sensación de estar en ‘Mario Kart’. Es una aventura incomparable. Tenemos la sensación de haber empezado hace un mes.»
Mariel y Cecilia (105), equipo de Buenos Aires, admiraron la solidaridad entre Roses, y se sintieron muy emocionadas y orgullosas del apoyo que demostraron sus compatriotas. Gritaban sus ganas de volver a empezar esta experiencia única. Mylène, de Quebec (equipo 120) confesó: « me encantó, tuve constantemente la sensación de estar en una postal. Los pueblos, los encuentros… Nunca había hecho algo comparable, además de esta sensación constante de sobrepasarse. Somos pocas privilegiadas aquí, nos damos cuenta que se necesita mucho carácter para alcanzarlo. » Una sensación que el dúo francés formado por Anaïs y Perrine (92) confirman. « Nunca pensábamos estar capaces de hacerlo, nos sentimos muy orgullosas. Vivimos la carrera siempre al máximo, fue increíble. » Las dos jóvenes se preguntan « ¿Ya se acabó? ».