Asombradas

El jueves, las Roses recorrieron un bucle de 241km en el corazón de la provincia de Jujuy. Un día marcado por la belleza de los paisajes y por el inicio de desafío deportista.
Tal y como un velero alcanza su velocidad de crucero, la competición del Trophée Roses des Andes llega a su apogeo. Así o demuestra el inicio de la etapa de hoy en la provincia de Jujuy. Los equipos empezaron uno por uno y minuto tras minuto, según el orden de clasificación. En primera posición, las expertas Marie y Claire (equipo 57) ya llegaron al podio en 2014 y confirman su condición de serias candidatas para la victoria. Aunque no pueden relajarse ya que las distancias entre equipos son mínimas.
La etapa de hoy, larga de 241km, ofreció un condensado de la aventura, con paisajes asombrosos, una navegación a veces tramposa pero también con momentos de superación y de ayuda. Amigas desde hace… 50 años (se conocieron de pequeñas), las suizas Cathy y Barbara disfrutaron del panel de colores y de los grandes horizontes. « No tenemos eso en casa », subrayó el dúo. El momento más impactante del día fue cuando se pararon en un puerto de montaña a 4200m con otros dos equipos para comer. « Sacamos nuestra carne de Grison y lo dejamos todo sobre el capó, nos contó Cathy. Los paisajes eran asombrosos y nos dimos cuenta de la suerte que tenemos de poder vivir eso y de poder compartirlo sobre todo. »
« Vence mi miedo»
Esta etapa fue un momento de superación para algunas Roses. La joven mujer originaria de Quebec (de Grandy más precisamente) tenía medio a la altura y al abismo. La piloto del equipo 17 ha tenido que afrontarse a sus medios en una pista sinuosa y muy escarpada. « Ya no podía avanzar, veía el abismo. Mi compañera Geneviève tuvo que ayudarme y lo conseguimos a costo de algunas lagrimas. Fue un momento clave, después todo fluyó y vence mis medios. » Esta Rose persiguió su camino sin problemas, cruzó puertos, bajadas y pueblos donde la gente se precipita para animar a los equipos.
Para Gaby, participante argentina originaria de Salta y su compañera Sonia (equipo 117), cruzarse con sus compatriotas provoca una emoción muy peculiar. « Al ver nuestra bandera, se ponen a gritar. Es un sentimiento muy fuerte para mi », confiesa Gaby, seducida por esta aventura « excepcional ».
Cruzaron el « Río Grande »
El juez de paz ha sido el río desecado que lleva el nombre de « Río Grande ». Aunque esté menos impresionante que su homónimo que separa México de Estados Unidos, este río ofreció imágenes espectaculares cuando los equipos tuvieron que vencer varios obstáculos. Presentó también muchas trampas de navegación. Tenían que salir a tiempo del río a fin de no perder kilómetros y para evitar de llegar al bivouac de noche. La clasificación de mañana nos enseñará que equipos se dejaron sorprender y entonces el orden de salida de viernes podría cambiar….