Día de solidaridad: encuentro con los niños de la fundación del Azul

Las Roses se fueron esta mañana de martes a conocer a los niños de la fundación del Azul de Salta. Desde hace tres años, el Trophée des Andes y la asociación « Enfants du désert » apoyan a esta fundación. La fundación interviene al cuotidiano con niños discapacitados a través de la equinoterapia, usando caballos como colaboradores terapéuticos. Un mañana llena de emociones.
El lugar respira la bondad. Un poco afuera de la ciudad, la fundación del Azul se encuentra en un paraíso verde rodeado por magníficos árboles. Creada por Elena Cataldi, esta fundación interviene con niños que padecen discapacidades variadas a través de la equinoterapia. Un método que usa el caballo como cómplice para que los niños puedan desarrollarse plenamente y cuyos resultados son impresionantes. Las Rosas apoyan a esta acción desde hace tres años gracias a la asociación « Enfants du désert » .
Una banda las acogió esta mañana con los himnos Argentinos y Franceses, después las participantes pudieron descubrir las actividades de la fundación y conocer a los niños. « Queríamos enseñaros a qué sirven vuestras donaciones, explicó Laetitia Chevallier, presidenta de « Enfants du Désert ». Las palabras no sirven, vais a vivirlo. Gracias a todas por vuestra bondad. » Aunque presente una de las tasas más altas de discapacidades del país, en Salta y su región faltan muchas estructuras de este tipo. « Hay un antes y un después del Trophée Roses des Andes, añadió Elena Cataldi. Vuestras donaciones nos han permitido ampliar el centro. Antes estábamos en un edificio muy pequeño. Pudimos construir un nuevo edificio donde se ha desarrollado un centro educativo. Este año podremos construir dos aulas adicionales donde se podrán ofrecer nuevas actividades a los niños. »
« La primera vez que vi a mi hijo montado sobre un caballo, lloré »
El discurso de la madre de uno de los niños acogidos por la fundación fue un momento muy importante de la mañana. « La primera vez que vi a mi hijo montado sobre un caballo, lloré. Fue la primera vez que lo veía realmente feliz. Se parecía a un pequeño jockey. Los grandes cambios en este mundo ocurren gracias a héroes anónimos, como estas personas que cuidan de nuestros niños cada día. Gracias a las Roses por acompañarnos en este camino, en esta utopia. En nombre de nuestros niños, gracias. »
Una intervención conmovedora seguida por una demostración de terapia. Las Roses pudieron así descubrir la manera con la cual los niños preparan a los caballos y como participan en las actividades siempre acompañados por terapeutas. Sobre todo, pudieron ver sus caras iluminarse de sonrisas maravillosas y entendieron que esta aventura, que estos kilómetros tenían aun más sentido que lo que imaginaban. Bailaron en círculos con los niños, aplaudieron las actividades y luego visitaron las instalaciones de la fundación. Pudrieron incluso montar esos caballos excepcionales, todos especialmente seleccionados. Además, los niños los cuidan tan bien que se parecen a peluches.
Profesoras en la ciudad de Brossard, cerca de Montreal, Céline y Sara (equipo 9) involucraron a sus alumnos para apoyar este proyecto. « Por ejemplo, organizamos un ‘cine-jama’ en la escuela, nos explicaron. Cinema y pijama. Los alumnos se encargaron de vender los tickets y popcorn… Gracias a estos eventos, recaudamos alrededor de 1100 euros. A la vuelta les enseñaremos las imágenes y podrán apreciar su colaboración. Les vamos a decir que todo fue posible gracias a sus esfuerzos. Es importante conocer a gente tan generosa y nuestros alumnos se darán cuenta que colaborando se pueden realizar grandes acontecimientos. » Varios miles de kilómetros separan los niños de Canadá y de Argentina, pero gracias al hilo invisible de la solidaridad, ahora están reunidos.