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Etapa 5 y 6 : MARATÓN

¡CORTE!

El maratón, última etapa de esta 2a edición, condujo las Rosas a través de paisajes inéditos. Como dijeron ellas: « escenarios de película».
Cada paisaje que atravesaron les recordó a alguna región del mundo. En los primeros instantes, intentaron encontrar puntos de referencia o comparar con algo que ya conocían. Rápidamente, se dieron cuenta que no servía buscar similitudes, que los paisajes argentinos son únicos y que nunca vieron un tal panorama.

El programa de esta etapa de 422,3km : Antofalla, el Salar Arizaro, Tolar Grande, El Diablo. Nombres que invitan a la evasión. Imagine la sensación que debe procurar estar allí. Más que nombres, para las Rosas significan momentos inolvidables de carrera, de encuentros e imágenes inolvidables.

Las participantes salieron ayer por la mañana desde Antofagasta con ganas de superarse para la competición. Disfrutaron de los momentos y paisajes, pero no solamente. Después de esta última etapa, se establecerá la clasificación general. Daba igual su posición a la salida de la etapa, estaban dispuestas a darlo todo.

Así, no tardaron mucho en pararse para establecer su estrategia. El objetivo está claro : para ganar hay que coger atajos. En los primeros kilómetros, se podían ver vehículos parados y Rosas que miraban por encima las pistas para determinar cuáles serían las posibilidades de atajos más eficaces. ¿Pasar por un campo de zarzas? No fue una opción adecuada, el equipo tardó 2 horas en salir de allí.

Al caer la noche, tenían que parar e instalar su campamento. Algunas durmieron en casa de gente que las acogieron, otras se encontraron con otros equipos alrededor de un fuego y de las tiendas, mientras algunas se quedaron solas para poder realizar el primer balance de su aventura juntas. ¡ Y como que nada puede parar las Rosas y que sin ninguna duda era el momento propicio, abrieron una botella de champán a más de 3000m de altura!

Hoy en la línea de llegada, la emoción inundó los equipos. Después de una semana siguiendo el ritmo del rally, al pasar el arco de llegada por última vez, se dieron realmente cuenta de lo que vivieron.