La extenuante conquista de Susques

Esta etapa especial de 282,6 km, puntualizada por tres desfiladeros, por ríos fuera de pista y por 20 CPV se anunciaba dura. Pero lo que marco el día, fue la voluntad feroz de los numerosos equipos enfrentándose al road-book. El tiempo invertido a tomar rumbos y a intentar cortes, más o menos logrados provoco que el timing del recorrido estimado entre 7 y 9 horas, fuera mucho más largo. Repaso sobre un día que quedara grabado en las mentes.
Desde los primeros kilómetros, el objetivo de cortar estaba lanzado y el tono dado. La etapa estaba puntualizada por numerosos controles de paso virtuales (CPV), 20 en total, en radios muy estrechos del n°3 al n°9, es decir durante unos 40 kilómetros más o menos. En este sitio, el equipo 127 abrió el baile intentando su suerte con la toma del rumbo a 60/70 grados. La primera dificultad de orientación se asomó en el CPV2 donde los 4×4 se perdieron un poco, como el equipo 37 que tuvo que dar media vuelta a las 10h15 para volver a tomar la pista a la izquierda a 270 grados. Para el equipo 97, fue en disfuncionamiento del Tripy el cual hizo suspender su carrera hasta la intervención de Julien, Director deportivo de la carrera, el cual supo solucionar el problema con el fin que Melanie y Veronique vuelvan a las pistas serenamente.
Probando a las Pilotos y a las copilotos
Los pilotos al igual tuvieron rápidamente una dura prueba sobre un terreno difícil. Al avanzar en la competición, el nivel era más difícil. El road book estaba lleno de sustituciones, los cuales hicieron que los equipos cayeran en la trampa, como por ejemplo dos 4×4 vistos yendo todo recto al CPV7 cuando tenían que girar a la derecha. Las competidoras, mostraron una fuerte voluntad de resistencia en cuanto a sus estrategias de navegación. Pasaron mucho tiempo estudiando e intentando las posibilidades de cortes, con más o menos con éxito. Audrey y Virginie (equipo 56) confesaron haber perdido 900 metros sobre los primeros intentos, lo que les disuadió seguir intentando, querían absolutamente llegar a Susques antes de la noche (y lo consiguieron, estuvieron entre las cinco primeras) para disfrutar de los paisajes y del ambiente del campamento.
Los paisajes increíbles, siguen y siguen…
En cuanto a los paisajes, los panoramas siguen dejando a las chicas estupefactas y algunas tuvieron la suerte de ver atravesar un gato del monte, un gran gato salvaje que vive en la Puna en una gran pista recta, rodeada de altas plantas a casi 50 kilómetros de la salida. En cuanto a la fauna, las lamas cada vez más numerosas, se mostraron curiosas pero prudentes en varias porciones del recorrido: difícil acercarse, pero posan encantadas a distancia con sus pompones colorados en la cabeza. En el PK 73.3, un paisaje particularmente extraordinario fue el objetivo de todas las cámaras, compuesto en un primer plano por adorables burros salvajes y en el segundo plano un gran lago donde chapoteaban garzas y flamencos rosas imperturbables. Esta pausa contemplativa presidio una porción muy difícil tanto a nivel de pilotaje como de navegación, en una sucesión de ríos.
¡También hubo muchas Rosas perdidas!
En efecto, en el PK 82, la chicana que se debía tomar girando a la derecha para salir de un rio no era evidente a ver. Pistas estrechas, cañón, piedras y sectores de fuera de pista no faltaron para dar algunos problemas y hasta parece que dos vehículos de la Organización pincharon en una situación bastante delicada. Menos mal que abrían la pista y no ralentizaron a las competidoras. Cortes más o menos conseguidos y otros periplos retardaron la velocidad de la etapa y el CP1, situado en el PK 96.3, ¡vio el primer vehículo llegar a las… 13h35! Fue Linda y Celine del equipo 10 seguidas por los equipos 56, 45, diez minutos más tarde. A las 14h20, durante el paso de los vehículos 43, 118 y 33, los comisarios solo habían fichado trece 4×4 mientras que una buena parte de las chicas estaban perdidas20 km antes. En el CP, fue la pausa picnic con una vista impresionante de Salina Grandes en el horizonte.
El primer salar del rally
Este inmenso desierto de sal blanco inmaculado y radiante bajo el sol hizo la alegría de todas las Rosas. La atracción del día en un primer momento contornándola para después pararse en el PK 146.8 en este paisaje perfecto para selfies. El lugar inspiro a todas para realizar las fotografías más originales, jugando con la perspectiva del horizonte sin fin. Se alejaron de el por una gran línea recta en el CPV15 girando a la derecha en el panel “Tres Pozos”. Después de unos 10 km más tarde, el PC2, situado en la casilla 73 del roadbook (esto había sido señalado esta mañana en el briefing) solo había contabilizado que 16 vehículos a las 16h25. En este estado, fue evidente que la etapa iba a ser más larga que lo previsto, ya que faltaban más de 120 km por recorrer, en donde había de nuevo pasos por ríos, a veces en fuera de pista y a veces con terrenos muy blandos.
Un final de etapa extenuante pero tan gratificante
La felicidad nunca llega sola, tuvieron que pasar un desfiladero a 3800 metros, que ofreció mientras subían unas increíbles vistas panorámicas de Salinas Grandes al horizonte, y al bajar un panorama desmesurado del Altiplano. Los ojos no están acostumbrados a estas vistas y el vértigo embriagador resentido frente a esta inmensidad es muy difícil de describir. Nos sentimos realmente pequeños y prendados de tanta libertad frente a estas vastas mesetas a perdida de vista. Las participantes que gestionaron bien el tiempo y que pudieron disfrutar se acordaran de ello durante mucho tiempo. Como es el caso del equipo 89, el cual a las 17h40 tomaba el rumbo 290° al acercarse al CPV19 y entraba en el último rio en fuera de pista, el cual lo cualificaremos de largo y duro. Este último será bien recordado por las participantes, sobre todo por aquellas que tuvieron que atravesarlo de noche y tuvieron algunos miedos. Situado entre los límites de las Provincias de Jujuy y Salta, este gran lago de arena finalizo una porción bien difícil antes del asfalto. Los últimos kilómetros por la ruta al atardecer, recompensaron a las Rosas situadas en la cabeza de la caravana, al tener unas vistas increíbles. Gran momento a partir de la porción sinuosa que cortaba la Quebrada del Mal Paso y sobre todo el final del recorrido: hasta los paneles eléctricos situados a lo largo de la ruta eran bonitos, bajo la luz de este atardecer increíble detrás de las montañas.
Los equipos que tuvieron la suerte de ver esto, llegaron al vivac de Susques cansadas pero contentas como Audrey y Virginie del equipo 56 o las Gym Tonic del equipo 31, Carolina y Vicky que llegaron al CP llegada entre las quince primeras antes de las 19h30. Música, bebidas y tapas típicas de la región les estaban esperando antes de una ducha bien merecida y de una gran hoguera en el campo. Inútil precisar que frente a la dificultad de la prueba, muchos 4×4 llegaron durante la noche, cansadas pero orgullosas de haber acabado esta etapa bien espinosa.